Relatos Cortos #SemArq2018 – “Sin título” – Julie Campagne

jueves, octubre 4, 2018

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Desde la cama podía oler y escuchar la mañana, ese paisaje para ciegos que se filtraba hacia el interior de la casa. Como si fuera a llegar tarde, la humedad y el calor se encargaban de arrastrar el amanecer del otoño en una bruma anaranjada suspendida encima del Jable. Me encantaba dormir en casa de mi tía-abuela porque vivía en medio de la nada. Lo primero que se escuchaba por la mañana era esa sorprendente danza que ella efectuaba entre gallinas, gatos y cabras: “¡Uy! Que me tiran… ¡Carajo!” Maullidos molestos se sucedían a cantares gloriosos de una ponedora, mientras labios caprinos removían el pienso en busca de los mejores granos.

La cocina se mantenía a oscuras, porque me levantaba siempre tarde para ver el candil encendido, pero demasiado temprano para que la puerta abierta traiga suficiente luz. Sacaba el gofio de la alacena mientras ella calentaba la leche recién ordeñada al fuego de gas, único avance que había logrado la modernidad en aquel lugar. Por la mañana, nos sentábamos siempre al sur del corral, a mirar los animales un rato antes de ir a por agua, cuidar de las plantas, limpiar, preparar la comida del mediodía, almorzar, descansar en la oscuridad de un cuarto sin ventanas y despedirnos. Ella se quedaba sola, sonándose con su sempiterno pañuelo de cuadros mientras yo volvía al pueblo, cargando con un bizcochón de doce huevos.

Una tarde, que no sentamos del lado norte por culpa del calor, mi tía-abuela me hizo una pregunta inesperada: “Muchacho… ¿Qué es eso que le dicen paisaje?” No sabía muy bien si una explicación ayudaría, así que le contesté lo primero que se me ocurrió:

  • Un paisaje es lo que tenemos delante de los ojos.
  • ¿El Jable con el risco de fondo?
  • Bueno, es cualquier vista así… que miras. Quiero decir, si nadie lo mira, no es un paisaje.
  • Y si lo miras a través de un cristal, ¿sigue siendo un paisaje?
  • Creo que a través de un cristal lo es todavía más.
  • Y la gente… ¿pertenecemos a los paisajes?
  • Depende, Tía. Tú, con tu trabajo, sí. El trabajo de las personas en el campo hace los paisajes.
  • ¡Carajo! No sabía yo que hacía paisajes…” Todavía recuerdo la risa que nos entró aquella tarde.

Un día, mi tía-abuela se mudó conmigo al pueblo. Para los nuevos dueños de la casa, “esa vista no tenía precio”. Y sin ni siquiera saber que a ella eso le sonaba de ignorantes, añadieron: “¡Qué maravilla!” No comprendieron porque ella insistía tanto en enseñarles los corrales, el aljibe, las llaves de las distintas puertas, los maceteros en flor, la alacena, la cocinilla de gas. Agarró el molde de los bizcochones con una mano y con la otra sacó un par de pañuelos de cuadros del ropero, una blusa y su sombrera. Se subió a mi coche y mientras nos alejábamos en la pista de tierra, expresó, a su manera, el rabioso asombro que le habitaba: “¡Carajo!”

Julie Campagne


 Sin título – Julie Campagne

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