Relatos Cortos #SemArq2019 – “Una isla desde la distancia” – Manuel Baena
El Hotel Salinas, de Higueras, despatarrado en una punta de la costa pareciendo una nave marciana procedente del videojuego Space Invaders, es así para poder tomar desnudos el sol, en cada una de sus terrazas, sin ser vistos. El Rascainfiernos era un lugar magnífico para rodar películas porno, no es de extrañar.
Cinco citas del libro Lanzarote, de Michel Houellebecq: (1) “Adaptados perfectamente a un medio natural desesperante, los cactus llevan luego una existencia morfológica sin inhibiciones, si se puede expresar de esta forma. Puesto que crecen prácticamente aislados, no han de adaptarse a las exigencias de tal o cual formación vegetal. Los animales depredadores, que además son escasos, se ven disuadidos de atacarlos por la abundancia de sus espinas. Esta ausencia de presión selectiva les permite desarrollar sin complejos una gran variedad de formas burlescas, muy adecuadas para divertir a los turistas.” (2) “En las estancias de playa, como tal vez de manera más general en la vida, el único momento verdaderamente agradable es el del desayuno.” (3) “Todo tenía el aire de un western metafísico.” (4) “Pam comenzó a lamer el semen en los pechos de Bárbara. Aquel gesto infinitamente emotivo hizo que se me saltaran las lágrimas.” (5) “Estaba desnudo y me sentía feliz.”
Los jameos, parte de la cueva que no tiene techo (entre otras cosas). César Manrique. Los rincones volcánicos. ¿Es verdad aquello que cuentan de Omar Sharif, de su casa y el brigde? “Todo se esconde en Lanzarote: los habitantes en sus casas, los coches en sus cocheras y los árboles en grandes agujeros”, se le habrá leído mil veces a Verneau.
“Yo tenía un conejito/ Y en una cueva yo entré;/ Salí sacudiendo el polvo/ Que de la cueva saqué” cantaba Manuel Agujetas y sobre las cuevas Ricardo Molina escribía: “Siempre pensamos que la cueva más que un hecho geológico es un accidente de la imaginación. La cueva es distinta. Ante todo goza de autonomía. Es una concavidad natural y exenta. Es una estancia de misterio: melancólico vacío del bostezo formidable de la tierra, para expresarlo con palabras de un poeta (L. de Góngora). Su terribilidad es manifiesta. No faltan descripciones que pretenden atenuar el espanto de la caverna cargando su pintura de un exorno vegetal amable. Incrustada en las entrañas de la tierra es un arca tendida, horizontal, femenina.”
De nuevo -y así cerramos- Houellebecq, en otra novela, La posibilidad de una isla: “La carretera seguía una playa de arena negra sembrada de pequeños guijarros blancos; tengo que reconocer que era extraño, por no decir perturbador. Al principio miré con atención, luego aparté la mirada; aquella inversión de los colores me trastornaba un poco. Si el mar hubiera sido rojo, seguramente habría sido capaz de aceptarlo; pero seguía siendo tan desesperadamente azul como siempre.”
Manuel Baena
Arquitecto
